jueves, 25 de febrero de 2016

Pregón de Fiestas de Tarancon 1993

PREGÓN DE FIESTAS DE TARANCON 1993


Quiero iniciar mi pregón con un saludo a las Ilustrísimas autoridades que presiden el acto, a la Reina y sus damas con imagen de la juventud y belleza de las fiestas. A Amparo y Antonio, representantes de una generación que colaboró con su trabajo y esfuerzo al desarrollo de nuestra Ciudad y País.
También me sumo al homenaje que la Comisión de festejos quiere rendirles como muestra del cariño y respeto hacia nuestros mayores.
Mi saludo a todos los niños y niñas que con toda la paciencia del mundo participan en ete acto y son el símbolo de inocencia y alegría de las fiestas.
Por último mi saludo a todos Vds. Que llenan este auditorio. Agradezco de todo corazón a la Comisión de fiestas, representada por el amigo Zacarías, su amable invitación y con ello el honor que me han hecho, para participar en este acto como pregonero.
Mi primera reacción fue rechazar su solicitud ante las dificultades que encierra ocupar esta tribuna, pero consideraba que era obligación ineludible y una ocasión de colaborar en las fiestas de estos años. Dificultades, después de los brillantes oradores que me han precedido como Dimas Pérez, Mariano Poves, el Padre Ocaña, el Padre Bernardino y mi buen amigo José Luis Sánchez quienes han contado y ensalzado la historia, costumbres y tradiciones de nuestro querido pueblo.
El diccionario de la Real Academia de la lengua, define como “fiestas” al conjunto de actos y diversiones que se organizan para regocijo público con motivo de un acontecimiento o fecha especial.
La fiesta es un alto en el camino, donde descansamos y recibimos nuevas fuerzas e ilusiones para volver al trabajo.
El pueblo judío celebra el sábado como día de descanso. Leemos en el libro de Éxodo “acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás pero el séptimo es día de descanso”.
El cristianismo estableció el domingo como día de reposo y de agradecimiento al Señor por los bienes recibidos.
En un estudio antropológico realizado por Julio Caro Baroja, la palabra fiesta es tan antiguo como el mismo hombre. En todas las culturas actuales encontramos la fiesta, la celebración. Si se profundiza en la Historia observamos que también en las culturas precolombinas (mayas, aztecas, incas…) poseían sus celebraciones, aunque estaban más impregnadas de sentimientos religiosos.
¿Cuándo se celebraban estas fiestas?. Recorriendo la geografía española y en nuestro caso la castellano-manchega, observamos que las fiestas se celebraban al concluir las distintas estaciones, pero fundamentalmente al finalizar el verano. ¿Por qué? Sencillamente porque en esta época se había terminado la recolección de las cosechas. En la antigüedad bíblica encontramos una fiesta ligada a la cosecha de la cebada al comenzar el mes de Septiembre.
Los bienes ofrecidos estaban relacionados con la economía de cada pueblo. Así los pastores entregaban las primeras crías de sus ganados y los agricultores donaban los primeros frutos de sus cosechas. Las fiestas se celebraban para dar gracias  por los frutos recibidos.
La religión cristiana observó y conservó lo bueno, lo festivo de aquellas celebraciones paganas y les dio un giro cristiano, santificándolas. Así esas antiguas fiestas quedaron consagradas como fiestas en honor de Cristo, de los santos y, sobre todo, en honor a la Virgen Maria.
Podemos observar cómo en Septiembre encontramos por toda la geografía nacional, fiestas en honor a Nuestra Señora con distintas advocaciones, siendo siempre la misma Madre de Cristo y en El la Madre de todos los hombres.
Aunque no he encontrado una historia escrita sobre nuestra fiesta, su origen debió ser muy similar a lo descrito. El ocho de Septiembre es la Fiesta grande, la Fiesta de la Virgen de Riánsares, nuestra querida fiesta, es la fiesta que cada uno de nosotros llevamos dentro, muy dentro de nuestro corazón.
Antes de continuar con las ferias y fiestas quisiera evocar los recuerdos de mi infancia y que tienen relación con la palabra fiesta. Al fin y al cabo las vivencias infantiles conforman y moldean nuestra visión, no sólo retrospectiva de nuestros recuerdos, de los acontecimientos de los que hemos sido testigos, sino que en cierto modo condicionan nuestro concepto de las codas. Dice un refrán muy castellano que cada uno hala de la feria según le ha ido en ella y podemos añadir que la aplicación literal de la frase se puede referir al conjunto de ferias que hemos vivido en nuestra infancia.
En mis años infantiles, las fiestas suponían un acontecimiento extraordinario que rompía la monotonía de una vida sencilla.
Además de las fiestas tradicionales de Navidad y la ilusión, de los Reyes Magos, recuerdo pequeñas conmemoraciones familiares, tradicionales, fiestas de barrios que iban rellenando de luz y color el calendario.
La manzana, donde toda la familia y amigos colaboraban, para poder recoger los productos del cerdo, que durante muchos meses se suponían alimento seguro. El sacrificio de un intenso día de trabajo, que se iniciaba al amanecer calentando grandes recipientes de agua para lavar el animal cocer las morcillas…., se veía recompensado con una rica gastronomía, donde no faltaba el somarro a la plancha, las gachas adornadas con torreznos y bien regadas con vino. Con la tripa llena y sin penas, el día terminaba con bailes familiares y canciones.
Como que ha sido un gran acierto por parte de nuestras autoridades, conmemorar anualmente la matanza, mediante una fiesta que se celebra el segundo domingo de Enero, y donde participan grupos de amigos en la elaboración y degustación de unas gachas con los productos del cerdo.
En época de frío, se celebraba la subasta de las Ánimas. El domingo de ánimas se reunía su cofradía y su impresionante calavera. Al mando de su comandante D. Esteban Cortés (tío Periga) y a los acordes de un tambor melancólico, triste, frío, se congregaban bajo los soportales de la plaza del Ayuntamiento y se iniciaba una original subasta con los regalos más dispares (pollos, conejos, cuerdas de uvas….) que los convecinos aportaban como penitencia por sus deudos.
Al regresar a casa un chocolate espeso acompañado de buñuelos, huesos de santos o los crujientes churros que elaboraba Daniel, reconfortaban el cuerpo y elevaban el espíritu.
Al llegar la primavera y en las vísperas de San José, se encendían hogueras y en la calle del Olmo “el tío Gabriel el cubero”, persona afable y bondadosa, padre del Prf. Morcillo, actual académico de Ciencias, nos reunía a todos los críos del barrio para hacer nuestra hoguera. Con su ilusión y las virutas de madera que traía, fruto de su trabajo y arte para transformar las muelas en barriles y toneles, prendía las primeras llamas, avivadas por las gavillas de sarmiento que acarreaban los vecinos, quizá como símbolo de renovación y esperanza ante la primavera. Mientras, nosotros tratábamos de saltar la hoguera.
Las verbenas de San Isidro, San Juan, San Cristóbal, Santa Quiteria, que al anochecer se celebraban en los barrios correspondientes eran un entrenamiento para las Fiestas Grandes, las Fiestas de Septiembre.
FIESTAS Y FERIAS:
Los preparativos se iniciaban a lo largo del mes de Agosto, con el encalado y pintura de las casas, al tiempo que se encargaban los ajuares y vestidos para poder recibir a la Virgen a lo largo de la cuesta de la tía bolita en la tarde del día 15 de Agosto y su descripción quedó magistralmente recogida en el Romancero publicado por D. Luis Rius Zunón en 1966 y fue recitado por José Luis Sánchez en el pregón del año pasado.
Es obligado que haga un inciso para describir el impacto que me produjo su personalidad y cariño hacia nuestro pueblo. Con motivo de un Congreso Internacional de Nefrología que se celebró en México en 1972, fui a saludar a D. Luis. Aunque esos momentos se encontraba muy deteriorado, a consecuencia de una severa arteriosclerosis, no paró un momento de hablar de Tarancón. A pesar de tantos años de exilio, sus recuerdos estaban muy vivos en su memoria y en el Romancero dedicado a los amores de la reina Maria Cristina y Fernando Muñoz hay bellas descripciones de personajes populares y pinceladas de calles y paisajes de nuestro pueblo. Parte de su legado cultural ha sido recogido por el grupo folclórico “Caño Gordo”, quienes le rindieron un cálido homenaje durante el traslado de sus restos al panteón familiar hace escasas semanas.
En los últimos días de Agosto, la novena religiosa en honor de nuestra patrona, nos anunciaba a los más pequeños que las Fiestas se aproximaban y con frecuencia nos desplazábamos a la plaza del Mercado para observar el montaje del tío-vivo, el carrusel, los coches de choque, hasta que el día 7, el chupinazo anunciaba su comienzo. La banda de música iniciaba sus alegres pasacalles y con ella el bullicio invadía el ambiente, mientras explotaban los cohetes que mi amigo Miguel Ramírez y sus hermanos lanzaban al aire.
El día ocho era ya es el día solemne, la razón de las fiestas, la causa de nuestra alegría, la festividad de la Virgen de Riánsares. Como escribió D. Luis en el Romancero, dentro del poema “La fiesta de la Patrona”:
Hoy es ocho de Septiembre,
y es un gran día de fiestas:
el de la Virgen de Riánsares
que en Tarancón se venera.
Con mi pantalón o camisa recién estrenada asistía en compañía de mi abuelo o de mis padres a la función religiosa, a la misa solemne oficiada por D. José Mª, misa cantada y la iglesia rebosando. Afortunadamente la devoción y tradición se mantienen vivas y en la actualidad la ceremonia es muy similar.
La comida era especial, gallina en pepitoria, pollos capones cebados en la corral durante todo el verano para tan digno acontecimiento.
La fervorosa asistencia a la procesión, los vitores a la patrona durante todo su recorrido y la pólvora finalizaban un intenso día.
La semana transcurría a toda velocidad entre las dianas callejeras, vaquillas con maromas, carreras ciclista, torillo de fuego y fundamentalmente la asistencia obligatoria de todas las tardes al ferial, donde pasábamos infinidad de horas disfrutando de los caballitos, la ola, pero sobre todo de los coches eléctricos.
La pólvora y traca del día 13 os devolvía d nuevo a la realidad y con ella la vuelta al cole y la marcha de nuestros familiares y amigos.
¿Cómo se vive hoy en el Tarancón actual?
Al caminar por nuestra ciudad, con una arquitectura moderna, dotada de viviendas confortables, calles repletas de coches y hasta de semáforos, nadie duda que estamos en un pueblo próspero y moderno.
Ha habido un punto común en todos los pregoneros de años anteriores, al destacar su pujanza económica e industrial. Quizás este año, la apertura de la Autovia, haya supuesto una recesión fundamentalmente en el sector hostelero, pero confió que con imaginación y calidad sepan atraerse a la infinidad de “turistas” que pasan por sus proximidades.
Ejemplo de su actividad empresarial, tenemos la sede permanente de la Feria Regional de Alimentación, la celebración en 1992 del Salón del Automóvil, la organización de las primeras Jornadas de Telecomunicación para PYMES (nuevas tecnologías aplicadas a las empresas).
Como planes futuros y que demuestran su dinamismo es el proyecto “Escuela Taller”, solicitado por el ayuntamiento y aprobado por el INEM, con un presupuesto de más de 200 millones de pesetas y el estudio de las obras de la mancomunidad “El Girasol”, para la traída de aguas del Tajo desde el embalse de Almoguera. Independientemente de su impulso y riqueza económica, que son fundamentales para poder conseguir prosperidad social, me gustaría analizar otros parámetros de la calidad de vida de una ciudad.
La calidad o “grado de bondad” abarca muchos factores, como salud, bienestar social, acceso a los bienes culturales.
Este concepto ha ido cambiando en el tiempo y sus parámetros de medida son distintos con arreglo al nivel cultural, económico y social de cada colectividad.
Por calidad de vida dentro de nuestro entorno se entiende no solamente tener cubiertas las necesidades materiales más inmediatas, sino también poder vivir en libertad e igualdad para poder tener acceso a la cultura, al ocio, y al trabajo.
Vamos a revisar cada uno de estos puntos, comenzando por la salud.
Una alimentación más equilibrada, la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, un correcto seguimiento y asistencia durante el embarazo, así como un buen nivel de asistencia sanitaria han hecho posible que dos de los marcadores más utilizados por la OMS, para valorar la Sanidad, como son la tasa de mortalidad infantil y la supervivencia media de la población hayan mejorado significativamente.
Las tasas de mortalidad perinatal es de 10.9*1000 nacidos, que está entre las primeras del mundo, solamente superadas por los países escandinavos y afortunadamente muy lejos del 26*1000 que tienen países sudamericanos.
Así mismo las esperanzas de vida en el momento actual se cifran para el hombre en 79 años de media y 82 años ara la mujer. Se mueren menos niños al nacer, la vida media de la población va claramente aumentando, así como su calidad.
En el momento actual los riegos de nuestra población, como en toda Europa, los constituyen las enfermedades cardiovasculares, la patología tumoral, los accidentes de tráfico y desgraciadamente una nueva enfermedad, que es la droga y el SIDA, con un crecimiento rápido en el mundo.
Esta Ciudad también es consciente del problema y el año pasado surgió la “Coordinadora contra la droga”, que ha organizado manifestaciones y eventos deportivos tratando de sensibilizar a la población escolar. Dada la gravedad del problema y su extensión a cualquier nivel cultural o socioeconómico, obliga a la participación activa de toda la población, fundamentalmente con programas de educación de la población en salud comienza  a ser más alta. Poco a poco se van conociendo los llamados factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, el tabaco, el alcohol, las grasas y la vida sedentaria… en este sentido pediría que no se utilice tanto el coche, en una ciudad relativamente pequeña que invita al paseo, qu en definitiva es un ejercicio sano, que ayuda a mantener el tono muscular y la actividad circulatoria. Es un ejercicio cardiosaludable.
Comienza a ser habitual conocer las cifras de Colesterol, nos vigilamos el peso y se analizan las características de los alimentos, con dietas más equilibradas, aprovechando los beneficios de la dieta mediterránea: cereales, legumbres y frutas como alimentos que van a aportar energía al cuerpo, junto con proteínas para favorecer el crecimiento celular y con ello el aumento de la talla de los individuos. El mejor ejemplo es mirar alrededor de nosotros, en este auditorio y podemos apreciar que nuestros hijos/as son más altos y mejor constituidos que nosotros.
En nuestra ciudad, como afortunadamente en todo el País, los recuerdos de una medicina rural, donde personajes como Saturnino Fernandez, José Gómez, Gabriel Benita que significaban los puntos cardinales de la sanidad, son ya historia.
Representaban junto con los compañeros médicos de ese momento,  toda la infraestructura sanitaria. Y a veces se consultaba simultáneamente al médico y al curandero de turno ante un mal de ojo, un dolor de barriga, que con su arte y sabiduría popular recurría a encender una lamparita de aceite o realizaba un masaje o “sobo abdominal” sin consecuencia negativa en el caso de una indigestión o desgraciadamente favoreciendo la difusión de una peritonitis ante un cólico miserere.
Pienso que esta Ciudad, a pesar del homenaje que en su día dio a Saturnino Fernandez, además de la calle que lleva su nombre y el número monográfico de la revista editada por Julián Martinez Fronce, continúa estando en deuda con él. Y fundamentalmente todas las personas que contamos por encima de 45 años, que nacímos aquí, vimos la luz gracias a su ayuda. He tenido la suerte de hojear su dietario donde hay anotados más de 3.985 partos hasta 1956 y sus honorarios profesionales, que en muchos casos se reducían a alimentos o animales que le regalaban y en algunas ocasiones él mismo aportaba dinero, para ayudar a  la familia a la que atendía.
Saturnino y José debieron pasar muchas noches en vela cuando tenía que administrar Penicilina en los años 50, ya que la impureza  de la misma obligaba a dosis pequeñas que tenían que inyectar cada dos o cuatro horas.
También recuerdo, cuando mis abuelos me enviaban a la botica de Benita a comprar una medicina. Por supuesto que no llevaba ninguna receta, simplemente pedía un remedio ante un mal Benita, con su bata blanca, me interrogaba, me hacía una breve historia clínica: ¿quién está malo?, ¿desde cuándo tose?, ¿tiene fiebre?,… y al final me daba el fármaco que cría más conveniente o me decía que volviera horas más tarde mientras trabajaba en su rebotica.
Se comentaban como gestas heróicas algunas de las intervenciones quirúrgicas que se hacían en el Hospitalillo o la complejidad de una transfusión sanguínea, teniendo que desplazarse un “equipo desde Cuenca”, para atender el parto de mi tía Obdulia que había tenido gemelos.
Me llevaban a la consulta de D. Juan Ruiz, cada vea que alguna mancha rara aparecía por mi cuerpo, quien vigilaba con su ciencia y la ayuda de su fonendo, la salud de la población infantil y la adulta.
Ya en los primeros años de mi carrera, asistía a la consulta de Felipe Falero, que para mí fue pionero de la medicina moderna en nuestro pueblo. Se había formado en un gran Hospital y además de un excelente base en Medicina Clínica, tenía conocimientos en Traumatología. Reducía e inmovilizaba las fracturas, además de realizar, revelar e interpretar las radiografías y los análisis clínicos. Su consulta siempre estaba llena y gozaba de un buen prestigio profesional y  humano, pero desgraciadamente fue víctima de esa nueva enfermedad, que es la carretera.
En el momento actual el panorama ha cambiado muy positivamente, y hoy se dispone de un Centro de Salud, que funciona las 24 horas del día y donde es posible realizar análisis de sangre… Aunque no existen las especialidades más primarias que necesitaría una Ciudad de estas características, se pueden realizar consultas en Cuenca o Madrid. Posiblemente a las autoridades locales, les toque el papel de seguir presionando a los organismos autonómicos sanitarios para aumentar el número de especialistas y conseguir un transporte eficaz y rápido (UVI móvil), imprescindible en casos de infarto de miocardio, accidente laboral o de tráfico en los que la supervivencia del paciente está en relación directa con el tiempo y las condiciones del traslado.
En segundo lugar me gustaría destacar la importancia de la educación y de la cultura dentro de la vida de un pueblo.
La cultura no es sólo el conjunto de conocimientos técnicos, literarios, y artísticos de un individuo, la  cultura no se posee, la cultura es, nuestra forma de vivir, de relacionarnos con los demás, de organizar nuestro tiempo libre… A menudo queda relegada a un segundo plano, detrás de otras necesidades que consideramos más importantes, e ignoramos el beneficio que aporta a quien la disfruta. La lectura, la música, el cine, las tradiciones, los avances técnicos y científicos enriquecen la vida de un pueblo y las relaciones entre sus habitantes.
Es fundamental invertir en bienes culturales, para conseguir nuevas dimensiones vitales.
Afortunadamente nuestra Ciudad cuenta con una buena infraestructura como son abundantes aulas de enseñanza pública y privada y ejemplo de ello, tenemos los Colegios Melchor Cano y Hermanas Mercedarias; instituto de Enseñanza Media y de Formación Profesional. Dispone además de un Conservatorio de Música, la Biblioteca Municipal “Luis Rius” y una escuela de pintura.
En los últimos años han aparecido distintos grupos culturales y musicales, como colectivo teatro local “Llave", asociación Electa y Malena, asociación de amas de casa Luisa Sigea, cine club “Juan Valdés”, la revista Malena, la agrupación musical Ntra. Sra. De Riánsares, grupo folclórico “Caño Gordo”, amigos del caballo….
Al leer la revista Malena o el Día de Cuenca aparecen continuamente actos organizados por dichas entidades, como I Certamen Regional de Laúd y Guitarra, el festival “Luisa Sigea” los Juegos Populares, el V Encuentro de la tercera edad en Castilla –La Mancha, I Marathón de Radioaficionados, el X Festival de Bandas de Música y el II Certamen Regional de Música que patrocina la Federación Comarcal de Asociaciones Culturales “Cervantes”, celebrará su fase final en esta ciudad durante el mes de Noviembre. Todos estos acontecimientos demuestran su vitalidad y dinamismo con la participación de distintos colectivos.
En resumen, se trata de una ciudad próspera, con muy bien nivel económico, a juzgar por el desarrollo de la Banca, el comercio y una completa red hostelera. Así mismo su tamño y superficie, permite llevar una vida tranquila, sin la opresión y angustia de las grandes ciudades. Además de tener garantizada la educación básica, se puede participar y/o disfrutar de las muchas actividades culturales que en ella se organizan. Por último su localización y excelente comunicación por carretera permite desplazamientos rápido para cubrir todas su necesidades. Después de desarrollar tantas actividades es necesario hacer un alto en el camino y prepararse para celebrar las fiestas. Ha llegado la hora de anunciar nuestra fiesta.
El chupinazo del día 7 pondrá en marcha a las peñas que iniciarán el galopeo; el bullicio, la alegría, la diversión inundará las calles. Vivámoslo intensamente.
Las fiestas y funciones sirven para olvidarnos de la rutina y los problemas del trabajo, en compañía de nuestras familias y amigos.
Si algo caracterizan estos días y muy fundamentalmente el día grande, el día de la patrona de la Virgen de Riánsares es la hermandad y unión entre todos los taranconeros.

Paisanos a divertirse tocan.
¡FELICES FIESTAS Y FERIAS!
¡VITOR A LA VIRGEN DE RIÁNSARES!
Muchas gracias.
José Mª Alcázar de la Ossa

Artículo que se encuentra reflejado en el programa de fiestas de Tarancón de 1994

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