PREGÓN DE FIESTAS DE TARANCON 1993
Quiero iniciar mi pregón con un
saludo a las Ilustrísimas autoridades que presiden el acto, a la Reina y sus
damas con imagen de la juventud y belleza de las fiestas. A Amparo y Antonio,
representantes de una generación que colaboró con su trabajo y esfuerzo al
desarrollo de nuestra Ciudad y País.
También me sumo al homenaje que
la Comisión de festejos quiere rendirles como muestra del cariño y respeto
hacia nuestros mayores.
Mi saludo a todos los niños y
niñas que con toda la paciencia del mundo participan en ete acto y son el
símbolo de inocencia y alegría de las fiestas.
Por último mi saludo a todos Vds.
Que llenan este auditorio. Agradezco de todo corazón a la Comisión de fiestas,
representada por el amigo Zacarías, su amable invitación y con ello el honor
que me han hecho, para participar en este acto como pregonero.
Mi primera reacción fue rechazar
su solicitud ante las dificultades que encierra ocupar esta tribuna, pero
consideraba que era obligación ineludible y una ocasión de colaborar en las
fiestas de estos años. Dificultades, después de los brillantes oradores que me
han precedido como Dimas Pérez, Mariano Poves, el Padre Ocaña, el Padre
Bernardino y mi buen amigo José Luis Sánchez quienes han contado y ensalzado la
historia, costumbres y tradiciones de nuestro querido pueblo.
El diccionario de la Real
Academia de la lengua, define como “fiestas” al conjunto de actos y diversiones
que se organizan para regocijo público con motivo de un acontecimiento o fecha
especial.
La fiesta es un alto en el
camino, donde descansamos y recibimos nuevas fuerzas e ilusiones para volver al
trabajo.
El pueblo judío celebra el sábado
como día de descanso. Leemos en el libro de Éxodo “acuérdate del día del sábado
para santificarlo. Seis días trabajarás pero el séptimo es día de descanso”.
El cristianismo estableció el
domingo como día de reposo y de agradecimiento al Señor por los bienes
recibidos.
En un estudio antropológico
realizado por Julio Caro Baroja, la palabra fiesta es tan antiguo como el mismo
hombre. En todas las culturas actuales encontramos la fiesta, la celebración.
Si se profundiza en la Historia observamos que también en las culturas
precolombinas (mayas, aztecas, incas…) poseían sus celebraciones, aunque
estaban más impregnadas de sentimientos religiosos.
¿Cuándo se celebraban estas
fiestas?. Recorriendo la geografía española y en nuestro caso la
castellano-manchega, observamos que las fiestas se celebraban al concluir las
distintas estaciones, pero fundamentalmente al finalizar el verano. ¿Por qué?
Sencillamente porque en esta época se había terminado la recolección de las
cosechas. En la antigüedad bíblica encontramos una fiesta ligada a la cosecha
de la cebada al comenzar el mes de Septiembre.
Los bienes ofrecidos estaban
relacionados con la economía de cada pueblo. Así los pastores entregaban las
primeras crías de sus ganados y los agricultores donaban los primeros frutos de
sus cosechas. Las fiestas se celebraban para dar gracias por los frutos recibidos.
La religión cristiana observó y
conservó lo bueno, lo festivo de aquellas celebraciones paganas y les dio un
giro cristiano, santificándolas. Así esas antiguas fiestas quedaron consagradas
como fiestas en honor de Cristo, de los santos y, sobre todo, en honor a la
Virgen Maria.
Podemos observar cómo en
Septiembre encontramos por toda la geografía nacional, fiestas en honor a
Nuestra Señora con distintas advocaciones, siendo siempre la misma Madre de
Cristo y en El la Madre de todos los hombres.
Aunque no he encontrado una
historia escrita sobre nuestra fiesta, su origen debió ser muy similar a lo
descrito. El ocho de Septiembre es la Fiesta grande, la Fiesta de la Virgen de
Riánsares, nuestra querida fiesta, es la fiesta que cada uno de nosotros
llevamos dentro, muy dentro de nuestro corazón.
Antes de continuar con las ferias
y fiestas quisiera evocar los recuerdos de mi infancia y que tienen relación
con la palabra fiesta. Al fin y al cabo las vivencias infantiles conforman y
moldean nuestra visión, no sólo retrospectiva de nuestros recuerdos, de los
acontecimientos de los que hemos sido testigos, sino que en cierto modo
condicionan nuestro concepto de las codas. Dice un refrán muy castellano que
cada uno hala de la feria según le ha ido en ella y podemos añadir que la
aplicación literal de la frase se puede referir al conjunto de ferias que hemos
vivido en nuestra infancia.
En mis años infantiles, las
fiestas suponían un acontecimiento extraordinario que rompía la monotonía de
una vida sencilla.
Además de las fiestas
tradicionales de Navidad y la ilusión, de los Reyes Magos, recuerdo pequeñas
conmemoraciones familiares, tradicionales, fiestas de barrios que iban
rellenando de luz y color el calendario.
La manzana, donde toda la familia
y amigos colaboraban, para poder recoger los productos del cerdo, que durante
muchos meses se suponían alimento seguro. El sacrificio de un intenso día de
trabajo, que se iniciaba al amanecer calentando grandes recipientes de agua
para lavar el animal cocer las morcillas…., se veía recompensado con una rica
gastronomía, donde no faltaba el somarro a la plancha, las gachas adornadas con
torreznos y bien regadas con vino. Con la tripa llena y sin penas, el día
terminaba con bailes familiares y canciones.
Como que ha sido un gran acierto
por parte de nuestras autoridades, conmemorar anualmente la matanza, mediante
una fiesta que se celebra el segundo domingo de Enero, y donde participan
grupos de amigos en la elaboración y degustación de unas gachas con los
productos del cerdo.
En época de frío, se celebraba la
subasta de las Ánimas. El domingo de ánimas se reunía su cofradía y su
impresionante calavera. Al mando de su comandante D. Esteban Cortés (tío
Periga) y a los acordes de un tambor melancólico, triste, frío, se congregaban
bajo los soportales de la plaza del Ayuntamiento y se iniciaba una original
subasta con los regalos más dispares (pollos, conejos, cuerdas de uvas….) que
los convecinos aportaban como penitencia por sus deudos.
Al regresar a casa un chocolate
espeso acompañado de buñuelos, huesos de santos o los crujientes churros que
elaboraba Daniel, reconfortaban el cuerpo y elevaban el espíritu.
Al llegar la primavera y en las
vísperas de San José, se encendían hogueras y en la calle del Olmo “el tío
Gabriel el cubero”, persona afable y bondadosa, padre del Prf. Morcillo, actual
académico de Ciencias, nos reunía a todos los críos del barrio para hacer
nuestra hoguera. Con su ilusión y las virutas de madera que traía, fruto de su
trabajo y arte para transformar las muelas en barriles y toneles, prendía las
primeras llamas, avivadas por las gavillas de sarmiento que acarreaban los
vecinos, quizá como símbolo de renovación y esperanza ante la primavera.
Mientras, nosotros tratábamos de saltar la hoguera.
Las verbenas de San Isidro, San Juan,
San Cristóbal, Santa Quiteria, que al anochecer se celebraban en los barrios
correspondientes eran un entrenamiento para las Fiestas Grandes, las Fiestas de
Septiembre.
FIESTAS Y FERIAS:
Los preparativos se iniciaban a
lo largo del mes de Agosto, con el encalado y pintura de las casas, al tiempo
que se encargaban los ajuares y vestidos para poder recibir a la Virgen a lo
largo de la cuesta de la tía bolita en la tarde del día 15 de Agosto y su
descripción quedó magistralmente recogida en el Romancero publicado por D. Luis
Rius Zunón en 1966 y fue recitado por José Luis Sánchez en el pregón del año
pasado.
Es obligado que haga un inciso
para describir el impacto que me produjo su personalidad y cariño hacia nuestro
pueblo. Con motivo de un Congreso Internacional de Nefrología que se celebró en
México en 1972, fui a saludar a D. Luis. Aunque esos momentos se encontraba muy
deteriorado, a consecuencia de una severa arteriosclerosis, no paró un momento
de hablar de Tarancón. A pesar de tantos años de exilio, sus recuerdos estaban
muy vivos en su memoria y en el Romancero dedicado a los amores de la reina
Maria Cristina y Fernando Muñoz hay bellas descripciones de personajes
populares y pinceladas de calles y paisajes de nuestro pueblo. Parte de su
legado cultural ha sido recogido por el grupo folclórico “Caño Gordo”, quienes
le rindieron un cálido homenaje durante el traslado de sus restos al panteón
familiar hace escasas semanas.
En los últimos días de Agosto, la
novena religiosa en honor de nuestra patrona, nos anunciaba a los más pequeños
que las Fiestas se aproximaban y con frecuencia nos desplazábamos a la plaza
del Mercado para observar el montaje del tío-vivo, el carrusel, los coches de
choque, hasta que el día 7, el chupinazo anunciaba su comienzo. La banda de
música iniciaba sus alegres pasacalles y con ella el bullicio invadía el
ambiente, mientras explotaban los cohetes que mi amigo Miguel Ramírez y sus
hermanos lanzaban al aire.
El día ocho era ya es el día
solemne, la razón de las fiestas, la causa de nuestra alegría, la festividad de
la Virgen de Riánsares. Como escribió D. Luis en el Romancero, dentro del poema
“La fiesta de la Patrona”:
Hoy es ocho de Septiembre,
y es un gran día de fiestas:
el de la Virgen de Riánsares
que en Tarancón se venera.
Con mi pantalón o camisa recién
estrenada asistía en compañía de mi abuelo o de mis padres a la función
religiosa, a la misa solemne oficiada por D. José Mª, misa cantada y la iglesia
rebosando. Afortunadamente la devoción y tradición se mantienen vivas y en la
actualidad la ceremonia es muy similar.
La comida era especial, gallina
en pepitoria, pollos capones cebados en la corral durante todo el verano para
tan digno acontecimiento.
La fervorosa asistencia a la
procesión, los vitores a la patrona durante todo su recorrido y la pólvora
finalizaban un intenso día.
La semana transcurría a toda
velocidad entre las dianas callejeras, vaquillas con maromas, carreras
ciclista, torillo de fuego y fundamentalmente la asistencia obligatoria de
todas las tardes al ferial, donde pasábamos infinidad de horas disfrutando de
los caballitos, la ola, pero sobre todo de los coches eléctricos.
La pólvora y traca del día 13 os
devolvía d nuevo a la realidad y con ella la vuelta al cole y la marcha de
nuestros familiares y amigos.
¿Cómo se vive hoy en el Tarancón actual?
Al caminar por nuestra ciudad,
con una arquitectura moderna, dotada de viviendas confortables, calles repletas
de coches y hasta de semáforos, nadie duda que estamos en un pueblo próspero y
moderno.
Ha habido un punto común en todos
los pregoneros de años anteriores, al destacar su pujanza económica e
industrial. Quizás este año, la apertura de la Autovia, haya supuesto una
recesión fundamentalmente en el sector hostelero, pero confió que con
imaginación y calidad sepan atraerse a la infinidad de “turistas” que pasan por
sus proximidades.
Ejemplo de su actividad
empresarial, tenemos la sede permanente de la Feria Regional de Alimentación,
la celebración en 1992 del Salón del Automóvil, la organización de las primeras
Jornadas de Telecomunicación para PYMES (nuevas tecnologías aplicadas a las
empresas).
Como planes futuros y que
demuestran su dinamismo es el proyecto “Escuela Taller”, solicitado por el
ayuntamiento y aprobado por el INEM, con un presupuesto de más de 200 millones
de pesetas y el estudio de las obras de la mancomunidad “El Girasol”, para la
traída de aguas del Tajo desde el embalse de Almoguera. Independientemente de
su impulso y riqueza económica, que son fundamentales para poder conseguir
prosperidad social, me gustaría analizar otros parámetros de la calidad de vida
de una ciudad.
La calidad o “grado de bondad”
abarca muchos factores, como salud, bienestar social, acceso a los bienes
culturales.
Este concepto ha ido cambiando en
el tiempo y sus parámetros de medida son distintos con arreglo al nivel
cultural, económico y social de cada colectividad.
Por calidad de vida dentro de
nuestro entorno se entiende no solamente tener cubiertas las necesidades
materiales más inmediatas, sino también poder vivir en libertad e igualdad para
poder tener acceso a la cultura, al ocio, y al trabajo.
Vamos a revisar cada uno de estos
puntos, comenzando por la salud.
Una alimentación más equilibrada,
la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, un correcto seguimiento
y asistencia durante el embarazo, así como un buen nivel de asistencia
sanitaria han hecho posible que dos de los marcadores más utilizados por la
OMS, para valorar la Sanidad, como son la tasa de mortalidad infantil y la
supervivencia media de la población hayan mejorado significativamente.
Las tasas de mortalidad perinatal
es de 10.9*1000 nacidos, que está entre las primeras del mundo, solamente
superadas por los países escandinavos y afortunadamente muy lejos del 26*1000
que tienen países sudamericanos.
Así mismo las esperanzas de vida
en el momento actual se cifran para el hombre en 79 años de media y 82 años ara
la mujer. Se mueren menos niños al nacer, la vida media de la población va
claramente aumentando, así como su calidad.
En el momento actual los riegos
de nuestra población, como en toda Europa, los constituyen las enfermedades
cardiovasculares, la patología tumoral, los accidentes de tráfico y
desgraciadamente una nueva enfermedad, que es la droga y el SIDA, con un
crecimiento rápido en el mundo.
Esta Ciudad también es consciente
del problema y el año pasado surgió la “Coordinadora contra la droga”, que ha
organizado manifestaciones y eventos deportivos tratando de sensibilizar a la
población escolar. Dada la gravedad del problema y su extensión a cualquier
nivel cultural o socioeconómico, obliga a la participación activa de toda la
población, fundamentalmente con programas de educación de la población en salud
comienza a ser más alta. Poco a poco se
van conociendo los llamados factores de riesgo de las enfermedades
cardiovasculares, el tabaco, el alcohol, las grasas y la vida sedentaria… en
este sentido pediría que no se utilice tanto el coche, en una ciudad
relativamente pequeña que invita al paseo, qu en definitiva es un ejercicio sano,
que ayuda a mantener el tono muscular y la actividad circulatoria. Es un
ejercicio cardiosaludable.
Comienza a ser habitual conocer
las cifras de Colesterol, nos vigilamos el peso y se analizan las
características de los alimentos, con dietas más equilibradas, aprovechando los
beneficios de la dieta mediterránea: cereales, legumbres y frutas como
alimentos que van a aportar energía al cuerpo, junto con proteínas para
favorecer el crecimiento celular y con ello el aumento de la talla de los
individuos. El mejor ejemplo es mirar alrededor de nosotros, en este auditorio
y podemos apreciar que nuestros hijos/as son más altos y mejor constituidos que
nosotros.
En nuestra ciudad, como
afortunadamente en todo el País, los recuerdos de una medicina rural, donde
personajes como Saturnino Fernandez, José Gómez, Gabriel Benita que
significaban los puntos cardinales de la sanidad, son ya historia.
Representaban junto con los
compañeros médicos de ese momento, toda
la infraestructura sanitaria. Y a veces se consultaba simultáneamente al médico
y al curandero de turno ante un mal de ojo, un dolor de barriga, que con su
arte y sabiduría popular recurría a encender una lamparita de aceite o
realizaba un masaje o “sobo abdominal” sin consecuencia negativa en el caso de
una indigestión o desgraciadamente favoreciendo la difusión de una peritonitis
ante un cólico miserere.
Pienso que esta Ciudad, a pesar
del homenaje que en su día dio a Saturnino Fernandez, además de la calle que
lleva su nombre y el número monográfico de la revista editada por Julián
Martinez Fronce, continúa estando en deuda con él. Y fundamentalmente todas las
personas que contamos por encima de 45 años, que nacímos aquí, vimos la luz
gracias a su ayuda. He tenido la suerte de hojear su dietario donde hay
anotados más de 3.985 partos hasta 1956 y sus honorarios profesionales, que en
muchos casos se reducían a alimentos o animales que le regalaban y en algunas
ocasiones él mismo aportaba dinero, para ayudar a la familia a la que atendía.
Saturnino y José debieron pasar
muchas noches en vela cuando tenía que administrar Penicilina en los años 50,
ya que la impureza de la misma obligaba
a dosis pequeñas que tenían que inyectar cada dos o cuatro horas.
También recuerdo, cuando mis
abuelos me enviaban a la botica de Benita a comprar una medicina. Por supuesto
que no llevaba ninguna receta, simplemente pedía un remedio ante un mal Benita,
con su bata blanca, me interrogaba, me hacía una breve historia clínica: ¿quién
está malo?, ¿desde cuándo tose?, ¿tiene fiebre?,… y al final me daba el fármaco
que cría más conveniente o me decía que volviera horas más tarde mientras
trabajaba en su rebotica.
Se comentaban como gestas
heróicas algunas de las intervenciones quirúrgicas que se hacían en el
Hospitalillo o la complejidad de una transfusión sanguínea, teniendo que
desplazarse un “equipo desde Cuenca”, para atender el parto de mi tía Obdulia
que había tenido gemelos.
Me llevaban a la consulta de D.
Juan Ruiz, cada vea que alguna mancha rara aparecía por mi cuerpo, quien
vigilaba con su ciencia y la ayuda de su fonendo, la salud de la población
infantil y la adulta.
Ya en los primeros años de mi
carrera, asistía a la consulta de Felipe Falero, que para mí fue pionero de la
medicina moderna en nuestro pueblo. Se había formado en un gran Hospital y
además de un excelente base en Medicina Clínica, tenía conocimientos en
Traumatología. Reducía e inmovilizaba las fracturas, además de realizar,
revelar e interpretar las radiografías y los análisis clínicos. Su consulta
siempre estaba llena y gozaba de un buen prestigio profesional y humano, pero desgraciadamente fue víctima de
esa nueva enfermedad, que es la carretera.
En el momento actual el panorama
ha cambiado muy positivamente, y hoy se dispone de un Centro de Salud, que funciona
las 24 horas del día y donde es posible realizar análisis de sangre… Aunque no
existen las especialidades más primarias que necesitaría una Ciudad de estas
características, se pueden realizar consultas en Cuenca o Madrid. Posiblemente
a las autoridades locales, les toque el papel de seguir presionando a los
organismos autonómicos sanitarios para aumentar el número de especialistas y
conseguir un transporte eficaz y rápido (UVI móvil), imprescindible en casos de
infarto de miocardio, accidente laboral o de tráfico en los que la
supervivencia del paciente está en relación directa con el tiempo y las
condiciones del traslado.
En segundo lugar me gustaría
destacar la importancia de la educación y de la cultura dentro de la vida de un
pueblo.
La cultura no es sólo el conjunto
de conocimientos técnicos, literarios, y artísticos de un individuo, la cultura no se posee, la cultura es, nuestra
forma de vivir, de relacionarnos con los demás, de organizar nuestro tiempo libre…
A menudo queda relegada a un segundo plano, detrás de otras necesidades que
consideramos más importantes, e ignoramos el beneficio que aporta a quien la
disfruta. La lectura, la música, el cine, las tradiciones, los avances técnicos
y científicos enriquecen la vida de un pueblo y las relaciones entre sus
habitantes.
Es fundamental invertir en bienes
culturales, para conseguir nuevas dimensiones vitales.
Afortunadamente nuestra Ciudad
cuenta con una buena infraestructura como son abundantes aulas de enseñanza
pública y privada y ejemplo de ello, tenemos los Colegios Melchor Cano y
Hermanas Mercedarias; instituto de Enseñanza Media y de Formación Profesional.
Dispone además de un Conservatorio de Música, la Biblioteca Municipal “Luis
Rius” y una escuela de pintura.
En los últimos años han aparecido
distintos grupos culturales y musicales, como colectivo teatro local
“Llave", asociación Electa y Malena, asociación de amas de casa Luisa
Sigea, cine club “Juan Valdés”, la revista Malena, la agrupación musical Ntra.
Sra. De Riánsares, grupo folclórico “Caño Gordo”, amigos del caballo….
Al leer la revista Malena o el
Día de Cuenca aparecen continuamente actos organizados por dichas entidades,
como I Certamen Regional de Laúd y Guitarra, el festival “Luisa Sigea” los
Juegos Populares, el V Encuentro de la tercera edad en Castilla –La Mancha, I
Marathón de Radioaficionados, el X Festival de Bandas de Música y el II
Certamen Regional de Música que patrocina la Federación Comarcal de
Asociaciones Culturales “Cervantes”, celebrará su fase final en esta ciudad
durante el mes de Noviembre. Todos estos acontecimientos demuestran su
vitalidad y dinamismo con la participación de distintos colectivos.
En resumen, se trata de una
ciudad próspera, con muy bien nivel económico, a juzgar por el desarrollo de la
Banca, el comercio y una completa red hostelera. Así mismo su tamño y
superficie, permite llevar una vida tranquila, sin la opresión y angustia de
las grandes ciudades. Además de tener garantizada la educación básica, se puede
participar y/o disfrutar de las muchas actividades culturales que en ella se
organizan. Por último su localización y excelente comunicación por carretera
permite desplazamientos rápido para cubrir todas su necesidades. Después de
desarrollar tantas actividades es necesario hacer un alto en el camino y
prepararse para celebrar las fiestas. Ha llegado la hora de anunciar nuestra
fiesta.
El chupinazo del día 7 pondrá en
marcha a las peñas que iniciarán el galopeo; el bullicio, la alegría, la
diversión inundará las calles. Vivámoslo intensamente.
Las fiestas y funciones sirven
para olvidarnos de la rutina y los problemas del trabajo, en compañía de
nuestras familias y amigos.
Si algo caracterizan estos días y
muy fundamentalmente el día grande, el día de la patrona de la Virgen de
Riánsares es la hermandad y unión entre todos los taranconeros.
Paisanos a divertirse
tocan.
¡FELICES FIESTAS Y
FERIAS!
¡VITOR A LA VIRGEN DE
RIÁNSARES!
Muchas gracias.
José Mª Alcázar de la Ossa
Artículo que se encuentra reflejado en el programa de fiestas de Tarancón de 1994
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