LA HERÁLDICA DE NUESTRA CIUDAD TARANCÓN, Y SUS DISTINTOS AVATARES
A la memoria de “nuestra Reina
Taranconera” Dña. María Cristina de Borbón, que con la traída de nobles, con
sus blasones, consiguió hacernos “Corte Manchega”, donde se celebraban grandes
bailes fastuosos y otros, todavía no reconocidos. El autor. Para los legos en el
tema, copio del Diccionario de la Lengua Española; Heráldica: “El escudo de
armas, es la pieza heráldica más importante, por cuanto forma el campo donde se
representan las figuras o blasones de un reino, ciudad, o familia”. En el
anterior corto texto, hemos leído, las tres denominaciones utilizables para
representar la susodicha: Heráldica; escudo y blasón, como veis pueden usarse
indistintamente y siempre se hace de forma correcta.
Servidor, con este artículo,
intentará salir lo más airosamente posible, de “aquello” que nos debe importar
y ¡mucho!, sobre todo al nacido/a y bautizado/a, con “agua del Caño Gordo”,
incluso mucho emigrante (yo también lo soy) que se integraron totalmente entre
ls oriundos, echando raíces.
La primera noticia gráfica, que
tenemos de nuestro escudo, se la debemos al reverendo Sr. Cura Párroco, Dr. Barra
(?), Ver dibujo número 1, está hecho toscamente, como vulgar apunte de dibujo,
se supone que para hacer otro mejor, asimétrico, así como la lectura Tarancón;
en los símbolos de los Patronos, por aquel entonces San Víctor y Sta. Corona aunque
si están puestos en su lugar correcto, éste último es lo menos parecido al que
correspondería: Corona; en la puerta del Castillo un borroso trazo negro, se
supone que representando al Trancón (?) todos estos fallos pudieran deberse al
desconocimiento del dibujo por parte del autor, aunque hay que agradecerle
eternamente su loable propósito imperecedero que nos legó, para las próximas
generaciones, por tanto, ¡Ahí está!, con su pionerismo heráldico.
La representación “mutilada”
(espero no haber cometido una irreverencia con ello) de los números 2 y 4, de
los dos cuadros de nuestra Patrona de Riánsares, libro; Santuario Mariano en
los confines de La Mancha, del Ilmo. Dimas Pérez Ramírez nos presentan el
escudo, con el añadido de la Cruz-Espada de Santiago, patrón de España, Orden
del mismo, de la cual era nuestra dependencia; un tanto oscurecido el 2, sin su
punta de espada, en ambos aparecen por Primera vez los Ansares, aves
palmípedas, semiacuáticas, os desde ese mismo instante, históricos e
imprescindibles, y que debieron bautizar, con el añadido de la RI, de la
primera sílaba río, ¿pudo ser así?, nada menos que al “aprendiz de río”, tanto
Madoz, como Ponz, así lo nombran, en sus inolvidables y amenos escritos, por su
escaso caudal, sobre todo en época estival, con el de Riánsares, así como
Nuestra Excelsa Patrona y posterior adopción de los Primeros Duques de
Riánsares, “Reina Taranconera” Dña. María Cristina de Borbón y Borbón y Don
Fernando Muñoz Sánchez, preclaro hijo de la entonces ya Villa, y la de miles de
taranconeras bautizadas hasta hoy.
El número 3, sobre peana del
cuadro de la Virgen rehabilitación total de la Cruz de Santiago, añadiendo su
punta de espada, en todos ellos sin más lectura que Tarancón, el Trancón,
aparece en el arco de arriba/abajo, de izquierda/derecha, visto de frente.
Origen de
historia, tendríamos que retrotraernos al libro de Félix Manuel Martínez Fronce
“Introducción al Tarancón Primero” y época de la España Tarraconense como
celtíberos, si es que éstos en su ocupación conquense, llegaron hasta aquí,
Dimas Pérez, escribe en su Tarancón en la Historia, página 111; Fue en lo antiguo
Aldea de Uclés, y dicen unos se llamó Taraco, otros Trancón, (¿es por ello ese
actual nombre?)… hasta que en el año 1537, el día 26 de noviembre, el Señor
Carlos V la hizo Villa, estando la Corte en Valladolid. Pasaron más de ¡Tres
Siglos! Desde que nuestro Emperador Carlos I de España y V de Alemania, nos
concedió el Honor y Privilegio del título de Villazgo (el pasado año 2000 se
cumplió el 5º Centenario de su nacimiento, en Gante) el original, en pergamino,
(un mini tesoro) se conservaba en el Archivo Municipal, pero desapareció (como
tantísimas cosas de valor histórico) durante la Guerra Civil Española,
1936-1939.
Del número 5, no he podido
encontrar datación más o menos exacta, aparece en un cuadro de Nuestro Patrona,
pero muy difuso, he tenido que rehacerlo totalmente, incluyendo la palabra
Villa, en su exacto lugar, es el primero, en el que aparee la zona o espacio
que se supone el Río, sin ánsares todavía, al pie del Castillo, de igual modo
el Trancón, si sitúa de derecha a izquierda, en los cuatro primeros, los
espacios del cielo encima del castillo, ¡lógico!, el 1 y 3, están con fondo
blanco, 2 y 4, algo oscurecidos. Estos cinco primero guardan cierta cronología,
el resto son acronológicos, en razón de su dibujo o aprovechamiento de espacio.
Dichoso número 6, me dio mucho
que pensar y no he tenido más remedio que ser crítico y “mojarme”, pues todo
él, está hecho de un cúmulo de despropósitos, veamos; Está en el reverso,
¡menos mal!, del magnífico-extraordinario, estandarte de la Hermandad de
Nuestra Patrona de Riánsares, en su anverso, el que nos ocupa; en óvalo, sobre
fondo azul, simula un mini-pergamino, raro por demasiado irregular; superpuesta
la Cruz-Espada de Santiago, más bien puñal, por su escasa longitud, desde su
empuñadura al final en punta; la lectura se cambia graciosamente el Ilustre por
Noble, este clásico desde sus inicios, aunque quiera decir lo mismo, los
laterales de la cruz, nunca han sido mayores que el superior; como mucho
iguales; los Víctor y Corona, están invertidos; el Castillo, tiene doble fila
de piedras en su arco, ¡único!; las almenas (¿romanas?) están incompletas,
faltas de piedra sobre el arco y el Trancón, madera, ¿descansa?, sobre el agua
del río, está de color marrón, por lo que no guarece la puerta, directivos de
la Hermandad (de la que tengo el honor de pertenecer, junto a mi familia) en
cuanto tengáis un “hueco físico y económico”, reparad este “completísimo
desaguisado”, en bien de la “colectividad riansareña” y el de nuestra ciudad,
buscando un buen dibujante calcador, pues “todo está hecho” y bien hecho, desde
largos siglos.
Número 7, el escudo sobre el
pergamino, le da “más aire de nobleza”, de la que ya posee en su
lectura-visión, no hubiera estado de más, colorear del que les corresponde, la
puerta y el río, incluyendo ánsares.
Números 8, 9 y 10, los dos
primeros de la inolvidable revista Malena, el último de un programa de Fiestas
y Ferias, ¡hizo tantísimos!, son del ínclito e igualmente inolvidable Emiliano
Lozano “Loza” (no tengo la suerte de tener ningún cuadro suyo, para donarlo al
futuro museo, animarse los que los tengáis). El último demuestra su gran
dominio como geómetra y de la pintura en toda su amplitud, y no me creo capaz
de hacer crítica alguna, pues “todos” tiene su “aquel”.
Número 11: por el motivo para el
que fue hecho, está muy bien logrado, fuimos, y creo que aún lo somos, una
buena zona vitivinícola, y la mano “haciendo el mosto”; así lo demuestra,
servidor hubiera respetado la clásica lectura, acomodando en la parte inferior “PEÑA
EL MOSTO”.
Número 12: Entrañable y
nostálgico, para mí, pues fue creación del que esto escribe, con la
colaboración del polifacético deportista Eusebio Fraile Ruiz, al crearse el
Club que indica la leyenda, su sencillez y los Aros Olímpicos lo dicen todo,
año de 1956.
Número 13: Este es otro Loza, lo
elegí, entre un sinfín de ellos, para mi libro sobre: Los Practicantes y A.T.S.;
D.U.E, Matronas Taranconeros, pues creo que es el más logrado, de cuantos
existen, me explico: La Cruz-Espada de Santiago, la veo armoniosa; la
superposición sobre ella del “cuerpo escudo” genial; la lectura en letras
blancas, nítida; fondos azulados, igual al cielo y el agua de nuestro río, sobre
ésta tres ánsares, quizás no muy visibles, aunque parte importante de Nuestra
Historia; el Castillo-Castillo; la puerta y el trancón, impecable y el Víctor y
Corona en “su lugar”.
Número 14 y 15: He confeccionado,
el que creo debe ser el último escudo “creación taranconera”, respetando
cuantos textos existen al respecto; continente y contenido clásicos; lectura
actual, nos fue concedido el título de CIUDAD en el año 1921; el cielo azul
celeste, algo vivo; el río azul claro, el agua como todos sabéis es incolora;
los ANSARES, blancos; tienen algún toque de gris claro, con pico amarillo;
Víctor y Corona en su lugar y color; Castillo, puerta y trancón, con tono
apropiado. El 15 duplicado del 14, pero con un IMPORTANTÍSIMO AÑADIDO, sobre el
inicio de la Cruz-Espada y encima de CIUDAD, CORONA REAL, somos una MONARQUÍA
CONSTITUCIONAL Y nuestro JEFE DE ESTADO,
es el actual REY DE ESPAÑA, DON JUAN CARLOS I, de Borbón, cuyos
ancestros, Reina Doña María Cristina de Borbón, que tanto tiene que ver con “nuestra
historia taranconera”. Anecdóticamente, los Reyes de España, nos concedieron el
HONOR, de visitarnos y departir, con las gentes de cualquier clase social, durante
varias horas, el año 1977, del que no conozco, exista placa alguna que perpetúe
tan histórica visita, aunque sí testimonio escrito, en el LIBRO DE HONOR de la
ciudad.
Número 16: Existían por aquel
entonces, cuatro órdenes militares españolas: Santiago; Alcántara; Calatrava y
Montesa. La primera y “nuestra” Orden de Santiago, fue fundada en 1170, ésta
pasó a Castila, gobernando el rey Alfonso VIII, éste entregó la Orden a la
Villa de Uclés; del por qué de nuestra dependencia, como villorrio de ésta. El emblema
de la que nos ocupa, lo adoptó aquélla, dándole el nombre de; Cruz Espada de
Santiago, puesto que éste, Santo y Patrón de España, era el ARMA, que utilizaba
para combatir contra el enemigo.
Julián Martínez Fronce
Artículo que se encuentra reflejado en el Programa de las Fiestas Patronales
Año 2001
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